Gabriel García Márquez y el cine
Gratitud es la sensación que nos inspira el maestro Gabriel García Márquez luego de su muerte el 17 de abril de 2014. Como bien se sabe, el gran escritor tuvo una prolífica relación con el cine, que inició desde muy niño cuando su abuelo lo llevaba a ver películas y el mundo entero se le convirtió en un sistema de referentes emparentado con el séptimo arte. Además de ser un espectador intensivo, García Márquez se desempeñó como crítico (uno de los pioneros de la crítica cinematográfica en Colombia), guionista y autor de obras adaptadas, y no dejó de hacer uno que otro cameo. En homenaje a García Márquez publicamos el capítulo dedicado a él en el libro Encuentros del cine y la literatura en Colombia. Recuento histórico y filmografía total de adaptaciones, 1899-2012 de César Alzate Vargas.
(Versión actualizada, a julio de 2014, del capítulo cuatro del libro Encuentros del cine y la literatura en Colombia. Recuento histórico y filmografía total de adaptaciones, 1899-2012, publicado en 2012 por el Ministerio de Cultura y Borealia, Libros y Verdades)
Dos versiones se han hecho en cine de El coronel no tiene quién le escriba. En 1984, en Uruguay, la de Álvaro Sanjurjo Toucon y Jorge Fornio y en 1999 en México la de Arturo Ripstein. Archivo Álvaro Sanjurjo Toucon Archivo Mil Nubes-Foto/Roberto Fiesco
En el Primer Encuentro Nacional de Críticos Cinematográficos, efectuado en 1993 en la ciudad de Pereira, el colombianista norteamericano Raymond Williams traía a cuento este detalle revelador: “García Márquez en 1962 había decidido dejar esa carrera de escritor porque después de publicar tres libros él no veía mucho futuro en eso. Los primeros años en México —1962, 63, 64— se dedicaba exclusivamente al cine, a escribir guiones” (1995: 97). En efecto, la que durante toda su vida había sido una pasión de la que se ocupaba como espectador y crítico, se convertía ahora, en la etapa inmediatamente anterior al boom mediático y comercial que significaría la publicación en 1967 de Cien años de soledad, en su modo de subsistencia. La conformación de un equipo de trabajo cinematográfico había sido antes de eso casi un divertimento en la vida de García Márquez en una escasa oportunidad, cuando en 1954 se sumó de lejos (desde Bogotá) a sus amigos del grupo La Cueva, de Barranquilla, para escribir y realizar un cortometraje. Dicho cortometraje ha pasado a la historia de la cinematografía colombiana más como una curiosidad que como una verdadera obra: La langosta azul. Era una película de cine mudo, en plena mitad del siglo XX, por cuenta de las precariedades económicas y técnicas de la provincia caribe, y a la larga valía más por el entusiasmo y la personalidad del grupo creador, que incluía nombres como el del escritor Álvaro Cepeda Samudio, el librero Luis Vicens, los pintores Alejandro Obregón y Enrique Grau y el fotógrafo Nereo López, que por sus logros estéticos. Sin embargo, y quizá por la misma presencia entre sus realizadores de las figuras emblemáticas del más importante grupo de intelectuales colombianos de mediados de siglo, hay quienes reconocen en este cortometraje la condición de obra experimental y de ruptura con una cinematografía que en esa época se dedicaba a la exaltación de lo bucólico y popular. “Con La langosta azul, el grupo de Barranquilla propuso un cine de autor al que la crítica asociaría inevitablemente a las posturas del surrealismo”, comentan Adriana María Carrillo Hernández y Cira Inés Mora Forero (2003a: 53). Así la describe el propio García Márquez (2002: 549):
Es una obra elemental, cuyo mérito mayor parece ser el dominio de la intuición, que era tal vez el ángel tutelar de Álvaro Cepeda. En uno de sus numerosos estrenos domésticos de Barranquilla estuvo el director italiano Enrico Fulchignoni, que nos sorprendió con el alcance de su compasión: la película le pareció muy buena. Gracias a la tenacidad y la buena audacia de Tita Manotas, la esposa de Álvaro, lo que todavía queda de La langosta azul le ha dado la vuelta al mundo en festivales temerarios.
García Márquez hizo crítica de cine durante el tiempo en que trabajó en el periódico El Espectador, entre febrero de 1954 y julio de 1955. En este campo fue pionero en el país, pues, antes de su columna “El cine en Bogotá”, en ese y en otros periódicos la crítica se reducía a la elaboración de reseñas no muy detalladas de algunas películas. Él fue el primero en tomar un título o un director y hacer un despiece detallado de su estructura y un análisis de sus virtudes y defectos. En esta época se estrenó, pues, como crítico en el periódico y como realizador en la distancia —más bien, una especie de argumentista o coguionista—. Después vendrían los estudios de cine en Roma, durante ese periodo de su vida en que era a la vez el perpetuo enviado especial de un periódico bajo censura del gobierno militar, un inmigrante al borde del hambre y un escritor latinoamericano en pleno proceso de formación. De forma que, aparte de la crítica y de su escasa participación en La langosta azul, el influjo del cine en la carrera de Gabriel García Márquez se traslucía hasta entonces en detalles de construcción de sus tres novelas publicadas: La hojarasca (1955), El coronel no tiene quién le escriba (1961) y La mala hora (1962). El escritor ha confesado en múltiples oportunidades que de hecho esas novelas estaban pensadas y escritas a la manera de guiones cinematográficos, como lo estaban la mayor parte de sus cuentos, publicados en esa época en periódicos y revistas dispersos, algunos de ellos recogidos en el volumen Los funerales de la Mamá Grande, y como lo estaría buena parte de su obra posterior. De hecho, con el tiempo dos de esas primeras novelas terminarían siendo objeto de adaptación televisiva y cinematográfica: La mala hora por la productora colombiana RTI en 1979, El coronel no tiene quién le escriba por los realizadores uruguayos Álvaro Sanjurjo Toucon y Jorge Fornio en 1984 y por el mexicano Arturo Ripstein en 1999, y de nuevo La mala hora, pero ahora en cine, por el brasileño Ruy Guerra en 2006 y bajo el título de El veneno de la madrugada. Así que cuando en 1962, luego de dar la vuelta por Roma, París, Bogotá, Caracas, La Habana y Nueva York, el escritor se estableció en México, su primer deseo fue dedicarse al cine. Raymond Williams equivoca un poco las fechas, pues antes de enrutarse en el mundo del cine García Márquez tuvo que dedicarse por un tiempo a dirigir una revista de banalidades y un periódico amarillista, y a la publicidad. Pero en menos de un año su medio de subsistencia era por fin la escritura de guiones para el cine. Por supuesto, no dejó de lado la literatura, pero de ese quinquenio proviene una nutrida gama de títulos basados en sus guiones y ya una primera adaptación de una de sus obras literarias: “En este pueblo no hay ladrones”, cuento que luego se recogería en el volumen Ojos de perro azul, y cuya traslación a película estuvo a cargo del director Alberto Isaac y el guionista Emilio García Riera en 1964. Media docena de títulos corresponden al período de supervivencia de García Márquez en el cine: de El gallo de oro, guion inspirado en un cuento de Juan Rulfo y coescrito con Carlos Fuentes y película dirigida en 1964 por Roberto Gavaldón, a Patsy, mi amor, película dirigida en 1968 por Manuel Michel y basada en un argumento de García Márquez. Fue una época fructífera en escritura de guiones, estrecha en escritura literaria y amplia en conocimiento del mundo y, retomando la expresión que él mismo usara en 1961 para referirse a la escritura del recién suicidado Ernest Hemingway, en comprensión de los motivos de los hombres. Escribió muchos guiones y su nombre apareció en los créditos de muchas películas, pero, como era lógico dado su enorme tamaño, la industria del cine mexicano era un hervidero de intereses y mezquindades. García Márquez se quejaba de que con bastante frecuencia no reconocía sus guiones en pantalla, a la vez que se le acusaba de cometer uno de los pecados que hasta hoy se le echan en cara: cargar a sus personajes con parlamentos en exceso sentenciosos. No obstante contemplar la idea de abandonar la literatura por el cine, sus personajes eran más literarios que cinematográficos, pronunciaban discursos que en los libros tendrían mucha fuerza pero en pantalla aparecían sospechosamente afectados y vivían situaciones más propias de la tragedia que de la aparente realidad a la que los espectadores deseaban asomarse en las salas de cine. Es la misma situación que en el futuro enfrentarían sus adaptadores: a pesar de que usualmente el escritor los dejaba en completa libertad para hacer la traducción de sus universos literarios a los universos de celuloide, numerosos guionistas y directores han naufragado en el intento de ser fieles a los códigos de García Márquez. Es como si cada uno quisiera apropiarse de la atmósfera de Macondo y trasladarla, con todo y personajes, a las locaciones de cada película. Muy tarde comprendió la mayoría esta limitación. El mexicano Jaime Humberto Hermosillo explicaba en un seminario desarrollado en 2007 por el Festival de Cartagena que el realismo mágico es engañoso, que las imágenes visuales que en el texto literario resultan provocativamente cinematográficas, en la realidad concreta de la pantalla se desinflan y con frecuencia resultan absurdas. Desde luego, habría que anotar que ni todas las historias de García Márquez están situadas en el pueblo imaginario de Macondo ni todos sus textos pueden catalogarse en la escuela del realismo mágico. Sin embargo, las palabras de Hermosillo valen para describir la generalidad del fenómeno. Al parecer, los conflictos de García Márquez con algunos miembros de la industria mexicana son la causa de que haya películas de ese primer periodo en las que trabajó y aun así no llevan el crédito del futuro Nobel. Se sabe con certeza que participó en la escritura del guion de El caudillo (1967) de Alberto Mariscal y hay indicios, pero no certeza, de que también coescribió con Carlos Fuentes —su gran amigo—, Carlos Velo y Manuel Barbachano la adaptación del Pedro Páramo de Juan Rulfo dirigida en 1966 por Velo. Incluso hay un guion que jamás se realizó y que fue hallado décadas después por los herederos del director Luis Alcoriza entre sus documentos y adquirido por el productor Rodolfo de Anda para su realización en el futuro cercano. Se trata de Frontera, el que según las descripciones del productor De Anda es un largometraje en clave de western. El también actor y guionista murió el primero de febrero de 2010 sin concretar el proyecto y, aunque sus herederos han afirmado en varias ocasiones que el mismo sigue en pie, la película hasta ahora no se realiza.
Siempre es cine La comodidad económica y la consagración como hombre de la literatura que significó para el autor el éxito arrollador de Cien años de soledad (1967) no lo alejaron del cine. Por el contrario, durante los 47 años que siguieron al posicionamiento de García Márquez entre los escritores de mayor renombre en el mundo, se han rodado más de dos decenas de películas de largometraje y una cantidad tres veces mayor de cortos basados directamente en sus guiones, en ideas suyas o, lo más interesante —pero no la vertiente más exitosa—, en sus cuentos y novelas. La relación del más importante escritor colombiano con el cine se inició temprano, cuando siendo un niño su abuelo lo llevaba al teatro del pueblo a ver películas. En Vivir para contarla, el único de tres volúmenes de memorias proyectados que el escritor llegó a concluir y publicar, recuerda cómo en esas ocasiones pensaba (2002: 26) que “las estaciones de las películas de vaqueros se parecían a las de la línea que de Ciénaga conducía a Aracataca” y “a nada nos parecíamos tanto como a los pueblos emergentes del Oeste” (54). El volumen está de hecho plagado de referencias cinematográficas, desde las películas que lo impresionaron hasta las muchas personas a quienes atribuye características de personajes fílmicos: el pintor Alejandro Obregón le recuerda a un artista de cine la primera vez que lo ve (127); el belga que juega ajedrez con su abuelo y no deja de asistir al cine los fines de semana (110) verá antes de suicidarse Sin novedad en el frente de Lewis Milestone (adaptación de la novela de Erich María Remarque) y llegará a ser el refugiado antillano que se suicida en el primer capítulo de El amor en los tiempos del cólera (1985) después de ver la misma película (Jeremiah de Saint Amour, el refugiado, terminará excluido de la diégesis en la versión fílmica de esta novela realizada por el inglés Mike Newell en 2007). Como sus memorias, casi todas las obras literarias de García Márquez están atravesadas por el cine. Hay un empresario de este espectáculo en Cien años de soledad, el cura del pueblo anuncia a campanadas la clasificación moral de las películas en El coronel no tiene quién le escriba y La mala hora, igual a lo que hacía el del pueblo de Sucre donde el escritor vivió durante algún tiempo en la temprana juventud (2002: 187)… Esto, en cuanto al argumento. En cuanto a la forma de la escritura, se hallan numerosas coincidencias entre la prosa limpia de sus cuentos y novelas de la vertiente realista (todas las de la primera época, antes de Cien años) y el cine: esa narración como a través de una cámara, que el escritor le explicaba al realizador cubano Miguel Torres en un pasaje de la entrevista que le concediera en 1969. Refiriéndose a El coronel, cuyos derechos de adaptación habían sido vendidos en ese momento a una productora mexicana —aunque la película no se realizaría hasta treinta años después—, decía García Márquez:
Hoy en día cuando leo un párrafo de la novela veo la cámara. En esa época para describir algo yo necesitaba imaginarme exactamente el escenario; por ejemplo: si se trataba de un cuarto, el tamaño que tendría, los pasos que debía dar el personaje para moverse, etc.; o sea, trabajaba como un cineasta. Ahora me doy cuenta de todo esto porque también me doy cuenta de lo que son las soluciones literarias y las soluciones visuales o cinematográficas y me doy cuenta de que todos mis trabajos anteriores a Cien años [de soledad] son cine… (Torres, 1979: 46)
No obstante esta declaración de García Márquez, la guionista mexicana Paz Alicia Garciadiego, hablando de su propia adaptación de El coronel, replica sobre la novela: “Yo no la siento tan cinematográfica como él. A mí me costó trabajo adaptarla, eh… Por lo encerrado y diminuto de las secciones, que es precioso, pero que dificulta trasladarlo al cine” (Alzate, 2008: 81). De opinión similar es el uruguayo Álvaro Sanjurjo Toucon, junto a su compatriota Jorge Fornio realizador de una adaptación no autorizada y jamás proyectada —oficialmente— de esta novela. Apunta Sanjurjo: “Ni siquiera es la obra que más me gusta de García Márquez”. El guion de Sanjurjo ubica al viejo militar que espera en vano una carta en la que han de anunciarle su pensión no en un puerto fluvial, como el de Garciadiego y el de la novela original, sino en un pueblo ferroviario. Y a pesar de que los créditos advierten que se trata de una versión libre y la atmósfera no tiene el aire caribeño del mexicano y del colombiano, de alguna manera es más fiel a la trama de la novela: en el sentido de que no agrega personajes (aparte, si acaso, del embajador inglés que aparece veinte segundos en los sueños del coronel, remplazando al sueño de las telarañas de la novela) ni situaciones que traten de convenir a la narración cinematográfica. “Con todo y sus precariedades, me gusta más por eso la mía que la de Ripstein”, dice Sanjurjo . Y aunque no ha tenido grandes problemas por el asunto de los derechos de adaptación no adquiridos, tampoco ha podido nunca presentar su película en cartelera ni en festivales. Si bien en su momento fue un suceso en su país, El coronel de Sanjurjo y Fornio ha existido desde 1984 sin que se le reconozca, como una sombra apócrifa del anciano acorralado entre la miseria y la dignidad. En esta medida ha tenido menos suerte que otras tantas adaptaciones no autorizadas de la literatura garciamarquiana y que por corresponder a realizadores de otros continentes, otras culturas, otras lenguas, han podido hacer su vida de festivales y cartelera sin que las proscriba el no pago de los derechos. Además de una gran cantidad de cortometrajes —como se dijo antes, mirados con cierta indiferencia por la normatividad de derechos de autor—, se han hecho en el exterior cuando menos tres largometrajes que adaptan sin autorización novelas de García Márquez. Los tres presentan contextos culturales, de lengua, de historia, lo bastante diferentes en lo superficial a los de las novelas originales como para evadir la normatividad, aunque siempre ha sido obvia su procedencia. Son una versión japonesa de Cien años de soledad y una china y una georgiana de Crónica de una muerte anunciada. Realizada la primera por Shuji Terayama en 1983 y con un título que en español significa algo así como Adiós al arca, ubica la acción en la era Meiji (transición del siglo XIX al XX: básicamente la misma época en que está ubicada la acción narrativa de la novela); su rasgo más identificable con el texto original es la ocurrencia de hechos extraordinarios que los personajes perciben como comunes: el realismo mágico latinoamericano y su correspondencia con la visión de mundo de la cultura japonesa, mágica a su manera. Y, si bien es difícil reconocer en la película el rico anecdotario de la novela, Terayama murió en 1983 esperando el permiso de ponerle a su obra el título de la de García Márquez. Permiso que tampoco recibieron los continuadores del director japonés, quienes culminaron por él y estrenaron un año más tarde la que, en todo caso, ha sido celebrada por la crítica como una interesante pieza del arte cinematográfico. Amanecer sangriento, la Crónica china, fue realizada por Li Shaohong en 1990, en tanto la georgiana lo fue por Marina Tsurtsumiya en 1992. Cada una hace lo mismo que la Cien años japonesa: trasladar a un cierto periodo de la historia de su país —China, Georgia: el otro lado de la humanidad— el conflicto básico de la novela, esa noción de honor que obliga a cometer un crimen que no se desea cometer, esa impotencia de los asesinos que no quieren serlo y de la comunidad que no halla la manera de impedir el asesinato. Macondo es el mundo.
La geografía del cine Hasta Crónica de una muerte anunciada (1981), dos son las locaciones que predominan en la narrativa de García Márquez. La más conocida de ellas es Macondo, que geográficamente se puede situar en algún lugar en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el noroeste de Colombia, y quizá si hubiera que localizarla con precisión correspondería al pueblo de Aracataca, donde el escritor nació y vivió hasta los ochos años y epicentro para él del tornado mágico de imágenes y palabras de la cultura caribe. En Macondo se ubica la acción de muchos de los primeros cuentos y de las novelas La hojarasca y Cien años de soledad. La otra locación es “el pueblo”, así, innomidado, del que se sabe que también se halla en la región, pero no cerca del mar, y tiene puerto sobre un gran río. Podría corresponder en la realidad al pueblo de Sucre (departamento del mismo nombre), sobre el río Cauca, donde vivió durante algunos años la familia García Márquez, aunque sus coordenadas son tan imprecisas que en Crónica de una muerte anunciada se dice que desde allí pueden verse en la lejanía las luces de Cartagena. En “el pueblo” se ubica la acción de otros tantos cuentos y de las novelas El coronel no tiene quién le escriba, La mala hora y Crónica de una muerte anunciada. Asimismo, dos son las vertientes de dicha narrativa: el muy mencionado y casi por nadie comprendido realismo mágico y un realismo llano en el que de vez en cuando ocurren hechos extraños que son vistos como normales por los personajes. Los relatos que suceden en Macondo están signados por el realismo mágico. Los que suceden en “el pueblo” son simplemente realistas. Y salvo los Doce cuentos peregrinos (1992), casi el total de la narrativa de ficción garciamarquiana está ubicada en Colombia, en la región del Caribe. Por la fuerza evocadora del primer pueblo y de la primera vertiente, los comentaristas suelen hablar de Macondo como el pueblo de García Márquez y del realismo mágico como el sello de su estilo narrativo. Todo esto, para hacer hincapié en un fenómeno interesante. Vista en su conjunto, la obra narrativa de Gabriel García Márquez es una disección del ser caribe. Un poco podría decirse que del ser colombiano, pero entonces habría que precisar lo que ya muchos han precisado, en el sentido de que Colombia es muchos países, tantos como sus regiones geográficas y aun más, y que la cultura caribe constituye en sí misma un conglomerado cultural que rebasa las fronteras colombianas y se extiende por todo el litoral de ese mar, desde Venezuela hasta la Florida. Macondo, entonces, es el Caribe. Todo el Caribe, aunque con una marca diacrónica que no sobrepasa la mitad del siglo XX. Esto, en la literatura. En el cine es distinto. Con excepción de la versión no autorizada de Cien años de soledad por el japonés Terayama, los cuentos y novelas situados en Macondo en su mayoría no han sido adaptados. Y, sin embargo, como se ha dicho antes, al hablar del conjunto de las películas basadas en García Márquez se las identifica con la locación del realismo mágico. Sucede entonces lo interesante. Si en los cuentos y en las novelas de Gabriel García Márquez, y hasta en muchos de sus relatos periodísticos, el Macondo narrado no es otra cosa que una amplia alegoría de Colombia y del Caribe, en sus películas (de alguna manera son del escritor las películas que se derivan de sus textos literarios) Macondo se extiende por América Latina. El Coronel está tan desamparado y es tan representativo del abandono estatal en la novela original como en la película uruguaya de 1984 y en la mexicana de 1999. La viuda de Montiel está tan desengañada en el cuento original como en la película dirigida en México por el chileno Miguel Littín en 1979. El ángel vetusto de las grandes alas es tan viejo en el cuento como en la película dirigida en Cuba por el argentino Fernando Birri en 1988. Los pasquines causan tanta desazón en el pueblo de La mala hora como en el brasileño de su derivada El veneno de la madrugada dirigida por Ruy Guerra en 2006… Es cierto: si geográficamente Macondo está situado en algún lugar del Caribe colombiano, cinematográficamente se extiende por toda América Latina. Y tal importancia reviste la relación del premio Nobel de 1982 con el cine, que María Helena Rueda postula (2000: 462): “Los años han corrido y hoy en día el colombiano que más público cinematográfico convoca no es un director ni un actor ni un fotógrafo. Es un escritor y se llama Gabriel García Márquez”. Este escritor tiene tal poder de convocatoria, que todo lo que toca, todo lo que dice, se vuelve cine. En sus palabras está el poder de la literatura y en su literatura se halla la simiente del cine. “Les voy a contar, por ejemplo, la idea que me está dando vueltas en la cabeza hace ya varios años y sospecho que la tengo ya bastante redonda”: así le habla a su auditorio en el Ateneo de Caracas (García Márquez, 2010: 13-16) el 3 de mayo de 1970. Continúa: “Se la cuento ahora, porque seguramente cuando la escriba, no sé cuándo, ustedes la van a encontrar completamente distinta y podrán observar en qué forma evolucionó…”. Esta idea que da vueltas narrada a un auditorio habría podido evolucionar en un cuento o una novela. Cualquier cosa. Resultó una película. Se tituló Presagio y la dirigió en México Luis Alcoriza en 1974. García Márquez en el audiovisual Se presenta a continuación una lista de producciones televisivas y cinematográficas en las que el escritor participa, bien sea como guionista original, como autor adaptado o como personaje referenciado. La primera versión de este listado fue preparada por Jorge Alberto Moreno Gómez para la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y publicada inicialmente en el sitio web de dicha entidad (http://patrimoniofilmico.org.co), con información actualizada hasta 2007 y enlace a las fichas de las películas. Fue retirada luego. Aquí se transcribe, se adecúa a los requerimientos de este libro, se corrige y se actualiza. En la segunda línea de cada entrada se especifica el papel desempeñado por García Márquez en la obra.
La langosta azul Al parecer, García Márquez no tuvo mayor participación en este proyecto, aparte de proveer ideas para el argumento original
Dirección: Luis Vicens
Participan, además: Álvaro Cepeda Samudio, Alejandro Obregón, Enrique Grau y Nereo López
Colombia, 1954. 29 min. 16 mm. Blanco y negro. Ficción. Silente
El gallo de oro
Guionista, junto a Carlos Fuentes y Roberto Gavaldón Dirección: Roberto Gavaldón
México, 1964. 108 min. 35 mm. Color. Ficción
En este pueblo no hay ladrones Autor del cuento original
Dirección: Alberto Isaac
México, 1964. 90 min. 35 mm. Blanco y negro. Ficción
Lola de mi vida Episodio de la película Amor, Amor, Amor Guionista
Dirección: Miguel Barbachano Ponce
México, 1965. 115 min. 35 mm. Blanco y negro. Ficción
Tiempo de morir Guionista, junto a Carlos Fuentes
Dirección:Arturo Ripstein
México, 1965. 90 min. 35 mm. Blanco y negro. Ficción
Cuatro contra el crimen (Operación Muerte) Guionista, junto a Alfredo Ruanova y Fernando Galiana
Dirección: Sergio Vejar
México, 1966. 90 min. 35 mm. Color. Ficción
Juego peligroso (Jogo Perigoso), Episodio Ho Guionista
Dirección: Arturo Ripstein (“El cuento Ho”, 38 min.)
Brasil/México, 1966. 94 Minutos. 35 mm. Color. Ficción
El caudillo
Guionista (aunque no aparece en créditos), junto a Alberto Mariscal
Dirección: Alberto Mariscal
México, 1967. 85 min. 35 mm. Color. Ficción
Patsy, mi amor (La entrega de una adolescente) Autor del argumento original
Dirección: Manuel Michel
México, 1968. 99 min. 35 mm. Color. Ficción
Camilo, el cura guerrillero Personaje entrevistado
Dirección:Francisco Norden
Colombia, 1974. 96 min. (versión larga) / 52 min.s (versión corta). 16 y 35 mm. Blanco y negro. Color. Documental
Presagio Autor del argumento original
Dirección: Luis Alcoriza
México, 1974. 120 min. 35 mm. Color. Ficción
La patria de la soledad Personaje objeto del documental
Dirección:Leopoldo Pinzón, Germán Pinzón y Roberto Pinzón
Colombia, 1975. 13 min. 35 mm. Color. Documental
Dámaso Autor del cuento original, “En este pueblo no hay ladrones”
Dirección:Mario Ribero
Colombia/URSS, 1977. 17 min. 35 mm. Ficción
La mala hora Autor de la novela original
Dirección:Bernardo Romero Pereiro
Colombia, 1977. 6 horas. Video. Color. Ficción
El año de la peste Guionista, junto a Juan Arturo Brennan. Adaptación de Diario del año de la peste de Daniel Defoe
Dirección: Felipe Cazals
México, 1978. 109 min. 35 mm. Color. Ficción
Así es Vietnam Guionista, junto a Vicente Silva Lombardo, Luis Carrión Beltrán y Jorge Fons
Dirección: Jorge Fons
México, 1979. 90 min. 35 mm. Color. Documental
La mujer que llegaba a las seis Autor del cuento original
Dirección: Milvia Piazza
México, 1979. 12 min. 16 mm. Blanco y negro. Ficción
La siesta del martes De la serie Escrito en América
Autor del cuento original Dirección: Miguel Lluch
España, 1979. 57 min. 16 mm. Color. Ficción
La viuda de Montiel Autor del cuento original
Dirección:Miguel Littín
Cuba/México/Venezuela, 1979. 105 min. 35 mm. Color. Ficción
La matanza de las bananeras Inspirado en un pasaje de Cien años de soledad
Dirección: María Victoria Vélez
Colombia, 1979. 12 min. Súper 8 mm. Ficción
Vida, pasión y gloria de Remedios la bella Inspirado en un pasaje de Cien años de soledad
Dirección: María Victoria Vélez
Colombia, 1979. 25 min. Súper 8 mm. Ficción
El mar del tiempo perdido Autor del cuento original
Dirección: Solveig Hoogesteijn
Alemania/Venezuela, 1980. 80 min. 16 mm, ampliado a 35 mm. Color. Ficción
María de mi corazón Autor del argumento original, posteriormente convertido en el cuento “Solo vine a hablar por teléfono”
Dirección: Jaime Humberto Hermosillo
México, 1980. 120 min. 35 mm. Color. Ficción
Enroque Autor del cuento original, “La mujer que llegaba a las seis”
Dirección: Gustavo Rojas Bravo
México, 1981. 19 min. 16 mm. Blanco y negro. Ficción
La magia de lo real
Personaje en cuya obra se inspira la película
Dirección:Ana Cristina Navarro
España, 1981. 57 min. 16 mm. Color. Documental
Los silencios de Isabel Episodio del largometraje Tres tristes tópicos (71 min) Autor del cuento original, “Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”
Dirección: José Alcalde Garayoa
Venezuela, 1982. 20 min. 35 mm. Color. Ficción
Tiempo de morir Guionista
Dirección: Jorge Alí Triana
Colombia, 1982. 100 min. Video. Color. Ficción
Del viento y del fuego Autor de los dos cuentos adaptados para la película Eréndira, cuyo rodaje se documenta
Dirección:Humberto Ríos y Adolfo García Videla
México, 1983. 55 min. 16 mm. Color. Documental
Eréndira Guionista y autor de los cuentos originales, “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada” y “Muerte constante más allá del amor”
Dirección: Ruy Guerra
Alemania/Francia/México, 1983. 103 min. 35 mm. Color. Ficción
El pequeño poder Autor del cuento original, “Un día de estos”
Dirección: Marcos Suárez y Alberto Ramos
Colombia, 1983. Color. 15 min. 16 mm. Ficción
Gabriel García Márquez - Premio Nobel de Literatura 1982 (Gabo, Premio Nobel De Literatura 1982) Dirección: Nancy Munévar Bonilla y Juan Iván Clavijo
Colombia, 1983. 15 min. 35 mm. Color. Documental
Adiós al arca
(Saraba Hakobune) Autor de la novela original, Cien años de soledad (adaptación no autorizada)
Dirección: Shuji Terayama
Japón, 1983. 127 min. 35 mm. Color. Ficción
El coronel no tiene quién le escriba Autor de la novela original (adaptación no autorizada y nunca exhibida)
Dirección:Álvaro Sanjurjo Toucon y Jorge Fornio
Uruguay, 1984. 36 min. Súper 8 mm. Ficción
Tiempo de morir Guionista
Dirección: Jorge Alí Triana
Colombia/Cuba, 1985. 94 min. 35 mm. Color. Ficción
Acta general de Chile Personaje entrevistado (sobre la realización de esta película se hizo luego el famoso reportaje La aventura de Miguel Littín, clandestino en Chile)
Dirección: Miguel Littín
Chile/Cuba,1986. 270 min. Color. Blanco y negro. Documental
Do Not Enter: The Visa War Against Ideas (No Entre) Personaje entrevistado
Dirección:Robert Richter y Catherine Warnow
Estados Unidos, 1986. 58 min. Video. Color. Documental
Un carnaval para toda la vida Guionista, junto a Tita Cepeda
Dirección:Tita Cepeda y Luis Fernando “Pacho” Bottía
Colombia, 1986. 22 min. 16 mm/Video. Color. Documental
Literatura Colombiana: Gabriel García Márquez - Cien años de soledad Personaje documentado
Producción: Camina, Grabacolor, Instituto Nacional de Radio y Televisión (Inravisión)
Colombia, 1986. 120 min. Video. Color. Documental
La mujer que llegaba a las seis Autor del cuento original
Dirección:Isaac de la Pompa y Alba Pérez
España, 1987. 13 min. Ficción
Crónica de una muerte anunciada Autor de la novela original
Dirección:Francesco Rosi
Colombia/Francia/Italia, 1987. 109 min. 35 mm. Color. Ficción
Cartas del parque De la serie Amores difíciles
Autor de la idea original y guionista, junto a Tomás Gutiérrez Alea y Eliseo Alberto Diego. Basado en un episodio de El amor en los tiempos del cólera
Dirección: Tomás Gutiérrez Alea
Cuba/España, 1988. 90 min. 35 mm. Color. Ficción
Un domingo feliz De la serie Amores difíciles Autor de la idea original y guionista, junto a Olegario Barrera y Eliseo Alberto Diego
Dirección: Olegario Barrera
España/Venezuela, 1988. 90 min. 35 mm. Color. Ficción
Fábula de la bella palomera De la serie Amores difíciles Autor de la idea original y guionista, junto a Ruy Guerra. Basado en un episodio de El amor en los tiempos del cólera
Dirección: Ruy Guerra
Brasil/España, 1988. 90 min. 35 mm. Color. Ficción
Milagro en Roma De la serie Amores difíciles Autor de la idea original y guionista, junto a Lisandro Duque Naranjo. Basado en la columna periodística “La larga vida feliz de Margarito Duarte”, posteriormente base del cuento “La santa”
Dirección:Lisandro Duque Naranjo
Colombia/España/Cuba, 1988. 80 min. 35 mm. Color. Ficción
Yo soy el que tú buscas De la serie Amores difíciles Autor de la idea original y guionista, junto a Jaime Chavarri y Juan Tebar. Basado en un episodio de El amor en los tiempos del cólera
Dirección: Jaime Chavarri
España, 1988. 100 minutos. 35 mm. Color. Ficción
El verano de la señora Forbes De la serie Amores difíciles Autor de la idea original y guionista, junto a Jaime Humberto Hermosillo. Basado en su cuento “El verano feliz de la señora Forbes”
Dirección: Jaime Humberto Hermosillo
España/México, 1988. 88 min. 35 mm. Color. Ficción
Un señor muy viejo con unas alas enormes Guionista, junto a Fernando Birri. Basado en su cuento.
Dirección: Fernando Birri
Cuba/España/Italia, 1988. 89 min. 35 mm. Color. Ficción
Gabriel García Márquez: Tales Beyond Solitude Personaje entrevistadoDirección: Holly Aylett
Estados Unidos, 1989. 59 min. Video. Color. Documental
Yo necesito hablarte De la serie Equinoccio Personaje documentado
Dirección:Emiliano de Pedraza
España, 1989. 53 min. Documental
Amanecer sangriento (Xuese Quingchen) Autor de la novela original, Crónica de una muerte anunciada (adaptación no autorizada)
Dirección:Li Shaohong
China, 1990. 103 min. 35 mm. Color. Ficción
Mi Macondo Personaje entrevistado
Dirección: Dan Weldon y Ben Woolford
Gran Bretaña, 1990. 60 min. 16 mm. Color. Documental
Un día después del sábado Autor del cuento original
Dirección: Ricardo Coral-Dorado
Colombia, 1990. Video. Ficción
El espejo de dos lunas Episodio del tríptico Con el amor no se juega Guionista, junto a Susana Cato
Dirección: Carlos García Agraz
México, 1991. 30 min. 35 mm. Color. Ficción
Contigo en la distancia Episodio del tríptico Con el amor no se juega Guionista, junto a Eliseo Alberto Diego
Dirección: Tomás Gutiérrez Alea
México, 1991. 27 min. 35 mm. Color. Ficción
Ladrón de sábado Episodio del tríptico Con el amor no se juega Guionista, junto a Consuelo Garrido
Dirección:José Luis García Agraz México, 1991. 25 min. 35 mm. Color. Ficción
María Guionista, junto a Eliseo Alberto Diego y Manuel Arias. Adaptación de la novela de Jorge Isaacs
Dirección: Lisandro Duque Naranjo
Colombia, 1991. 6 horas. Video. Color. Ficción
Mi querido Tom Mix Coautor del argumento original
Dirección: Carlos García Agraz
México, 1991. 120 minutos. 35 mm. Color. Ficción
La mujer que llegaba a las seis Autor del cuento original
Dirección:Rogelio Jaramillo y Arturo Flores
México, 1991. 10 min. 16 mm. Blanco y negro. Ficción
Me alquilo para soñar Guionista, junto a Ruy Guerra, Eliseo Alberto Diego y Claudio McDowell. Basado en su cuento original
Dirección: Ruy Guerra
España, 1992. 6 horas. 35 mm. Serie para televisión. Color. Ficción
Crónica de una muerte anunciada (Mkholod Sikvdili Modis Autsileblad) Autor de la novela original(adaptación no autorizada)
Dirección: Marina Tsurtsumiya
Georgia, 1992. 135 min. Color y en blanco y negro. 35 mm. Ficción
Ojos de perro azul Autor del cuento original
Dirección: Laura Colella
Estados Unidos, 1992. 16 min. 16 mm. Ficción
Crónicas de una generación trágica Autor del proyecto original
Dirección: Jorge Alí Triana
Colombia, 1993. 6 horas. Video. Color. Ficción
Ojos de perro azul Autor del cuento original
Dirección:Lorenzo Shapiro
Estados Unidos, 1994. 49 min. Ficción
Testimonio de ausencia Autor de Cien años de soledad, novela de la que se extractan ideas
Dirección:Margarita Carrillo Diazgranados
Colombia, 1994, 23 min. Video. Documental
El alma del maíz De la serie De amores y delitos Autor de la idea original
Dirección: Patricia Restrepo
Colombia, 1995. 52 min. Súper 16 mm. Color. Ficción
Amores ilícitos De la serie De amores y delitos Autor de la idea original Dirección: Heriberto Fiorillo
Colombia, 1995. 52 min. Súper 16 mm. Color. Ficción
Bituima 1780 De la serie De amores y delitos Autor de la idea original
Dirección: Luis Alberto Restrepo Colombia, 1995. 52 minutos. Súper 16 mm. Color. Ficción
Imágenes y palabras que cuentan lo que somos Personaje entrevistado
Dirección: José Padrón
Cuba, 1995. 25 minutos. 35 mm. Blanco y negro y color. Documental
Edipo Alcalde Guionista, basado en la tragedia Edipo Rey de Sófocles
Dirección: Jorge Alí Triana
Colombia/Cuba/España/Francia/México, 1996. 99 min. 35 mm. Color. Ficción
Ma Armastan Sind Autor del cuento original, “Ojos de perro azul”
Dirección:Peter Herzog
Estonia, 1996. 11 min. 35 mm. Blanco y negro y color. Ficción
Macondo. Sinfonía caribeña Personaje documentado
Dirección: Raúl García Rodríguez
Colombia, 1996. 60 min. 16 mm. Color. Documental
Gabriel García Márquez: Del lado de Macondo Personaje documentado Dirección: Brigitte Kleine y Harold Herzog
Alemania/Francia/Cuba, 1997. 65 min. Documental
La Cartagena de García Márquez Personaje documentado
Dirección: Marta Yances Realización: Luis Fernando “Pacho” Bottía Colombia/España, 1997. 50 min. Video. Color. Documental
La mujer que llegaba a las seis Autor del cuento original
Dirección:Enzo Velasco
Argentina, 1997. 23 min. Video. Blanco y negro. Ficción
Conversations With Latin American Writers: Gabriel García Márquez Personaje entrevistado
Dirección: Silvia Lemus
México, 1998. 44 min. Video. Color. Documental
El coronel no tiene quién le escriba Autor de la novela original
Dirección: Arturo Ripstein
México/España/Francia, 1999. 118 min. 35 mm. Color. Ficción
Gabriel García Márquez, la escritura embrujada Personaje documentado
Dirección: Yves Billon y Mauricio Martínez Cavard
Colombia/Francia/Italia, 1999. 52 min. Video. Color y blanco y negro. Documental
Duelo Autor del cuento original, “Un día de estos”
Dirección: Esteban Canepa
Argentina, 2001. 12 min. Video. Ficción
Fidel, la historia Inédita Personaje entrevistado
Dirección: Estela Bravo
Estados Unidos, 2001. 91 min. 35 mm. Blanco y negro y color. Documental
Orientaciones son orientaciones Personaje documentado
Dirección: José Luis Rodríguez y Édgar Soberón Torchia
Cuba, 2001. 22 min. Video. Color y blanco y negro. Documental
1982-2002: Veinte años después del Nobel Personaje documentado
Dirección: Rolando Vargas
Colombia, 2002. Video Arte
De carambola Autor del cuento original, “En este pueblo no hay ladrones”
Dirección: Amalia Duque García
Colombia, 2002. 12 min. Video. Color. Ficción
Ojo por ojo Autor del cuento original, “Un día de estos”
Dirección:Jimena Castañeda
Colombia, 2002. 13 min. Video. Color. Ficción
Relato de un náufrago De la serie Un libro, una vida Autor del reportaje Relato de un náufrago, objeto del programa documentado
Producción:Radio Televisión Española
España, 2002. 85 min. Color. Video. Documental
Un día de estos Autor del cuento original
Dirección: Ana María Londoño
Colombia/Cuba, 2002. 9 min. 35 mm. Color. Ficción
La siesta del martes Autor del cuento original
Dirección: Mariana Arroyo
Argentina, 2003. 10 min. Color. Ficción
Un viaje al corazón de la memoria Personaje documentado
Dirección: Federico García Serrano
España, 2003. 28 min. Video. Color. Documental
Al filo de la tarde Autor del cuento original, “La mujer que llegaba a las seis”
Dirección: Alfredo Pérez Zaher
Colombia, 2004. Ficción
Diez líneas de El Quijote Personaje documentado
Producción:Televisión Española
España, 2005. 1:35 min. Video. Color. Documento
Zwischen Magie Und Wirklichkeit (Entre la realidad y la magia. La gente de Macondo) Personaje documentado
Dirección: Friedrich Ofner y Michaela Krimmer
Austria, 2005. 39 min. Video. Color. Documental
El veneno de la madrugada Autor de la novela original, La mala hora
Dirección: Ruy Guerra
Brasil/Argentina/Portugal, 2006. 120 min. 35 mm. Color. Ficción
Za 05. Lo viejo y lo nuevo Guionista, junto a Fernando Birri, Julio García Espinosa y Orlando Senna Dirección: Fernando Birri
Argentina/Cuba, 2006. 77 min. 35 mm. Color. Documental
Buscando a Gabo Personaje documentado
Dirección: Luis Fernando “Pacho” Bottía
Colombia, 2007. Video. Color y blanco y negro. Documental
Documental sobre Cien años de soledad Personaje documentado
Dirección: Peter Gothar
Hungría, 2007. 26 min. Color. Documental
El amor en los tiempos del cólera Autor de la novela original
Dirección:Mike Newell
Estados Unidos, 2007. 139 min. Color. 35 mm. Ficción
El elefante rojo
Autor de la novela original, Memoria de mis putas tristes
Dirección: Ana María Hermida
Estados Unidos/Colombia, 2009. 28 min. Color. HD.
Del amor y otros demonios Autor de la novela original
Dirección: Hilda Hidalgo
Costa Rica/Colombia/Francia/España, 2010. 97 min. Color. 35 mm.
El rastro de tu sangre en la nieve
(Nativ Damech Basheleg)
Autor del cuento original
Dirección: Shachar Chasman
Israel, 2011. 30 min. Color.
Memoria de mis putas tristes
Autor de la novela original
Dirección: Henning Carlsen
México/España/Dinamarca/Estados Unidos, 2012. 90 min. 35 mm.
BIBLIOGRAFÍA
Alzate Vargas, César (2008). “Entrevista a Paz Alicia Garciadiego: El cine es como una gran parranda”. Catálogo del IX Festival de Cine y Video de Santa Fe Antioquia. Medellín: Corporación Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia. p. 77-86
Carrillo Hernández, Adriana María y Cira Inés Mora Forero (2003a). “Acevedo e hijos”. Cuadernos de cine colombiano N° 2. Bogotá: Cinemateca Distrital
García Márquez, Gabriel (2002). Vivir para contarla. Bogotá: Norma (2010). Yo no vengo a decir un discurso. Bogotá: Random House Mondadori
Rueda, María Helena (2000). “La letra vs. el cine en la conformación del imaginario social colombiano”. Jaramillo, María Mercedes; Betty Osorio y Ángela Inés Robledo (comp.). Literatura y cultura. Volumen III. Hibridez, alteridades. Bogotá: Ministerio de Cultura. p. 462-486
Torres, Miguel (1979). “El novelista que quiso hacer cine”. Rentería Mantilla, Alfonso (comp.). García Márquez habla de García Márquez. Bogotá: Rentería Editores. p. 44-48
Williams, Raymond (1995). “El cine afecta a la literatura”. Posada, Gabriel Andrés (comp.). Ser o no ser crítico de cine. Memorias de los Encuentros Nacionales de Críticos Cinematográficos. Pereira: Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura y las Artes de Risaralda
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